'Entre el pudor y la hermosura hay un gran conflicto.'
'La timidez es la desconfianza del amor propio, que deseando agradar teme no conseguirlo'
Hoy es mi ultimo día feliz. No lo digo porque mañana regresen los Mayas a vengarse de los españoles ni nada, sino porque empiezo un exquisito horario de trabajo que promete matarme antes de que acabe el año. En fin, este año prometí que no pediría nada de navidad, al menos nada caro. Considero que la época es demasiado hermosa y hemos perdido el enfoque. No se trata de dar cosas caras, sino de detalles especiales que le dejen saber a la persona que los amas. Yo decidí que este año iba a regalar pocas cosas de esas que se compran en tiendas. Mi regalo serían actos especiales para personas especiales, en los cuales le demostraría cuanto los amo. Hoy, mientras me aplastaba la gente en un centro comercial del área, se me dio la oportunidad de uno de esos actos especiales a los que me refería.
Estaba con mis dos mejores amigos, ellos me ayudaron a escoger un pendiente exquisito para mi hermanita y una ropa para mi sobrino. Realmente no fui con muchas ganas de comprar al azar, sino que iba buscando cosas que me recordaran la persona a quien le quería regalar. Así me paso mientras caminaba con mi mejor amiga por una tienda por departamentos. Ella no lo sabe pero desde hace rato le ando buscando novio. Quizás tampoco se ha dado cuenta pero es una mujer encantadora, dulce y simpática ademas de muy bella. Camina en el espacio, como si no se percatara de que el mundo la mira cuando camina. Eso es lo mas que me gusta de ella. Aunque es mayor que yo, es bastante tímida y recatada en comparación a mi (bueno quizás casi todo el mundo es mas tímido que yo). Estábamos embriagándonos con una muestra de perfume caro, de esos que me regalara mi marido millonario algún día cuando diviso en la tienda justo lo que estaba buscando para regalarle a Emma. Era de la estatura apropiada, buena complexión ojos expresivos, olor agradable y una sonrisa que me desconcentraron por completo de mi objetivo de examinar con atención el producto. Instintivamente camine hacia el para que naturalmente Emma me siguiera. El estaba vendiendo perfumes. Nos ofreció una muestra de una fragancia. Inmediatamente note que se conecto con Emma y ella ni cuenta. Estaba riéndose como adolescente de séptimo grado (muy demás para una universitaria). El le dio la muestra a ella y estaba hablando directamente con ella. Ella no hizo mas que sonreírse y yo me adelante a los hechos. Casi la empuje y salimos de la tienda, entonces miro hacia atrás y veo que el nos sigue con la mirada. "Emma, míralo, esta buenísimo y te estaba coqueteando, Reacciona y pídele el numero." Ella se rió y me miro como si me faltaran par de tornillos. Prontamente se nos unió mi mejor amigo y cuando Emma le contó lo que le estaba proponiendo; se rieron ambos de mi. "Hay miren dejen la estupidez. Es claro que Emma le gusto, y si a ella no le gusta que me avise para mandarle a hacer un examen visual. Nunca lo veras en tu vida, si le das el numero y no te llama pierdes lo mismo que si no se lo das porque no es adivino. A los hombres hay que tirarle maíz porque si no no comen, ni tu tampoco." Ella seguía insegura, pero yo agarre el papel con la muestra del perfume que el le había dado a Emma y escribí el numero de Emma. "A donde vas?" Me decía con histeria mientras me alejaba. "Voy a buscarte novio." camine con seguridad hacia el muchacho. Debo reconocer que hasta yo me sentía intimidada de lo lindo que era. Le digo "Tengo algo para ti." Me miro con sus grandes ojos oscuros muy fijamente. "Dígame." Podía notar que la formalidad era puro protocolo y que mas bien estaba muy curioso en saber, quizás se sospechaba la deshonesta oferta. "Sabes mi amiga la que estaba conmigo? Bueno, le pareces lindo. Aquí te envía su numero, por si quieres llamarla." El se saco una carcajada. Admito que no esperaba esa reacción Sonrojado me dijo "Gracias, tu amiga es muy linda también." Y guardo el numero. Me despedí con una sonrisa y salí del lugar. No me percate si había gente alrededor mirando o escuchando.
Regrese donde Emma, triunfante. Ella no podía creer lo que había hecho. Quizás no le sorprendió mi natural atrevimiento, sino el que le diera ese empujón a ella en vez de buscar el chico para mi. Lleva todo el día sonriente y no para de darme las gracias. La moraleja del asunto es que hay que atreverse. No se si el ala llame, quizás nunca lo haga, pero no perdimos nada. Puede irse a dormir tranquila sabiendo que no dejo pasar la oportunidad por alto. A veces la felicidad esta en frente de nosotros, esperando que tomemos un riesgo. La perdemos por nuestra tontería por la timidez, por el pudor, mientras tanto nos pasa la vida por el lado sin anécdotas que contar, sin risas que recordar, sin estupideces de que arrepentirse. Eso es vivir, la adrenalina de acercarse a un extraño y sacarle una carcajada. El descaro de regañar a tu mejor amiga en pleno pasillo del centro comercial y luego hacerla sonreír el resto de tarde. Me dirán atrevida, pero yo solo soy libre, libre de vivir. Lo único que me da vergüenza es pensar que deje pasar un momento especial por alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario