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Como todos saben, hace poco más de una semana se coronó la nueva reina universal. Ya les expliqué antes que me divierto mucho en estos eventos por lo cual no me pierdo ni un minuto de la tediosa transmisión. Lo primero que debo decir es que acerté tres de las cinco finalistas y una de ellas acabó ganando, así que estoy que no quepo. Creo que oficialmente deberían nombrarme 'misióloga' si es que existe algo como una profesión dedicada a admirar anensefálicas con buen sentido de moda. Bueno, eso está por cambiar y es que mchos de éstos peculiares profesionales no superan el triunfo de Olivia, quién logró superar las expectativas y alzarse con la corona. Mis condolencias a los que le apostaron a la palma boricua, pero es que claramente desde las elecciones no hay palma que sobreviva erguida en el país. Bodine tenía todo, pero según fuentes confiables fueron órdenes del mismísimo Santa Claus, digo Donald Trump, que la dejaran fuera, no por falta de cualidades sinó por su actitud. Y es que no me sorprende, ya que el concurso es un negocio primeramente y nadie soporta una pesada en ese trabajo. Analizemos un poco lo que pasó.
Abre el show con música navideña, escenografía propia de un musical de 'Cristmas Carol' y Santa Trump, para dar espacio a que las beldades desfilaran con unos vestidos que parecían colores de carnaval de Río en vez de navidad en Vegas. El sonido estubo pésimo, y no sé si eran los camarógrafos o si estaban todas feas y enclencas porque el 'close up' las mató, excepto por unas pocas, incluidas la eventual ganadora, quienes lograron sobrevivir la primera etapa. Bla bla bla presentan al jurado, compuesto entre otros por el futuro marido de Kim Kardashian quien aparte de verse mucho más lindo en el tux que cualquiera de las concursantes en bikini, aún no sé que tenía para aportar al certamen. Bueno, comienza la selección de las finalistas y empiezan con 'Venezuela!'. La chica era hermosa y radiante de alegría se echó al público en el bolsillo desde el principio. Y admito que yo fuí la primera que sucumbía ante sus encantos y quería verla con la corona. Siguen mencionando nombres que nadie esperaba, hasta que casi al final salvaron a Australia y USA. Puerto Rico está fuera y empiezo a recibir mensajes de boricuas envidiosos con malas vibras hacia Irene mientras yo me proponía hacerle un campo de fuerza mental. La competencia de traje de baño fué más de lo mismo. Todas flaquísimas, así que se fueron como de costumbre las cinco con mayor masa corporal. Los trajes de gala fueron más de lo mismo en general. El vestido de Australia se lo voy a robar cuando me case. Filipinas recicló chifón del lazo de la Miss Filipinas 2010, Venezuela se forró de guirnaldas de brillo, USA llevó un modificado modelo de alta costura, parecido a lo que usaría Mrs Claus en nochebuena. Brazil, y aquí haré una pausa, lució exquisita en un vestido finalmente apropiado para la ocasión, además se veía casi tan bien como su compatriota Adriana Lima en bikini. En ese punto, cambié de bando y le envié todas mis abencaos e deseos de boa sorte a minha brasileira. Las cicnco finalistas fueron predecibles a mi entender, con excepción de Miss Filipinas. Brasil había sido la mejor de la noche y el resto del cuadro eran las mejores candidatas de todo el certamen. La ronda de preguntas es mi favorita. Puedo finalmente tener algo que NO envidiarle a esas mujeres, su falta de cerebro. Comenzó Venezuel con su arroz con coco. No puedo juzgar lo que dijo porque nunca lo entendí. Solo sé aue, chiste interno de boricua, aprendió inglés con nuestro nuevo gobernador Alejandro García Padilla. Filipinas dió la mejor repsuesta por lo cual anticipé que no ganaría y Australia se defendió, aunque en este punto no estaba brillando lo necesario para ganar. La corona estaba entre Brazil y USA. La brailera contestó muy bien, con elocuencia y sentimiento como toda una Miss. La respuest de Olivia fué simple, pero total, a preguntas estúpidas respuestas estúpidas. La manera en que se desenvolvió fué lo que la definió como ganadora. La coronación fué emotiva ya que sus room mates la proclamaban como la nueva reina en su propio país, logro que solo las puertorriqueñas y las estadounidenses han conseguido.
La desición fué justa y finalmente rompemos con el estereotipo de reina. Olivia probó varias cosas pero entre las más importantes destacan que: una reina puede tener el cerebro. Finalmente en muchi tiempo una chica cuyas neuronas trabajan al 100 ostenta la corona. Segundo, la belleza sin carisma no es nada. La estatura que le falta la tiene en presencia, clase y distinción, con un porte y una sonrisa que la destacan del resto. Lo tercero y más importante, ni un año entero de preparación ni cuatro cirujías van por encima de una mujer emprendedora (esta última es un golpe bajo a Bodine). Bueno, será hasta el próximo año pero les puedo decir que Olivia podría convertirse en mi Miss Universe favorita, no necesariamente porque al igual que yo mida 5'5, ame el rojo y los perros, sinó porque demostró que en plena era donde la publicidad dicta la belleza y nuestras mentes están saturadas de un falso estereotopo de perfección, es posible romper las reglas y robarle la corona a la favorita que nunca llegó.